Hola hola mis queridos y hermosos anti torcidos, soy yo de nuevo, y ustedes dirán “¡Eche! Que man tan cansón.” Y sí, tengo que cansarlos hasta que nos demos cuenta que el cambio empieza por nosotros.

 Hay algo que me viene dando mucha curiosidad y es que no aceptamos que alguna vez fuimos torcidos, ¡ombe! Es que hasta yo, en mi hermosura costeña, alguna vez pequé de torcido, y eso no está mal porque me di cuenta y cambié, me arrepentí porque me di cuenta de todo el daño que le estaba haciendo a mi país, pero que me estaba haciendo más a mí. Es que aunque no nos demos cuenta nuestras pequeñas acciones cuentan, esos 200 de un cigarrillo chimbo van sumando y quien sabe a quién le van a dar, porque a veces nos quejamos de la corrupción pero hasta nosotros mismos la estamos apoyando comprando chiviado ¿Entonces como es la vaina ahí mis hermanos? Y como decía un sabio por ahí, que tire la primera piedra quien no haya pecado.

 Aquí estoy yo y lo reconozco, alguna vez pequé de torcido pero ya no más, me cansé de no saber a dónde va mi dinero, me cansé de que lo que compraba me duraba 3 días por chiviado, me cansé de saber que de pronto por mi culpa se estaba subiendo un corrupto al poder y si tú, mi queridísimo lector te sientes como yo, ya sabes que hacer ¡Acepta y cambia!

 Empoderémonos todos y luchemos ¡No joda! Que los torcidos se den cuenta que ya nos mamamos de ellos.