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El diseño de Ekaterina Trusheva de tan sólo 13 años, es una nave espacial llamada Galáctica Tierra.
La idea de crear una nave de naturaleza intergaláctica comenzó cuando la chica supo que algún día el sol se tragará nuestro planeta y fue entonces cuando se decidió a encontrar una manera de salvar a la humanidad.
Para permitir que expediciones científicas salgan en busca de nuevas galaxias y planetas aptos para la vida humana, la nave será construida en la órbita terrestre y no llevará al cosmos ninguna fuente de energía para reducir la masa y aumentar la velocidad.
En su lugar, tomara combustible del ambiente interestelar que consiste en 70 % de hidrógeno.
El hidrógeno podría ser "capturado" por un embudo magnético, después comprimido y calentado por reacción termonuclear, posteriormente, acelerar al espacio interestelar, lo que proporcionara la velocidad necesaria.
Con esto, la nave podría moverse por un camino seguro, económico y fácil, además de utilizar alternativamente también la propulsión nuclear y motores.
Estos motores permitirían la velocidad suficiente para llegar a la estrella más cercana a nuestro sistema solar, Alfa Centauri, en sólo 42 años.
En la actualidad, con la tecnología existente se requieren 50 mil años para hacer esto.
En la nave Tierra Galáctica, más de 500 personas podría viajar cómodamente.
Todos los alimentos se sintetizaran o crecerán a bordo de la nave a través del método de cultivo hidropónico, que no requiere de tierra agrícola.
El costo de construir el buque sería financiado por los turistas que quieren ir y crear algo innovador.
El director del Instituto para la Educación Espacial Internacional en Alemania, Ralf Heckel, conoció el proyecto y decidió invitar a Ekaterina Trusheva para un concurso estudiantil patrocinado por la NASA, que tiene previsto crear una sonda para la exploración.
