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La Conexión Honduras no puede ser un juego maquiavélico producto de cálculos políticos encontrados
Ya transcurrió una semana desde que transcurrieron las elecciones en Honduras, para unos países son consideradas ilegales y no han querido reconocer a los elegidos como legítimos, para otros después de haber pasado la resaca del alicoramiento de la defensa de un hombre por encima de las instituciones han reconocido la legitimidad y legalidad de las elecciones aunque torpemente siguen desconociendo al actual presidente constitucional Señor Roberto Micheletti.
La posición de los que se han mantenido en el lado de la intolerancia, la agresión y el intervencionismo se entiende y es consecuente con su postura, pues en muchos de ellos se han violentado los caminos democráticos y las más elementales normas constitucionales, amén de saber que han perdido un aliado estratégico en la intención de ir copando espacios políticos y de influencia en la subregión.
Pero la posición ambivalente de los que reconocen la legalidad de las elecciones pero insisten torpemente en desconocer al gobierno actual no les deja dar pasos más concretos y serios en las relaciones diplomáticas con este país, que aunque pequeño en población y con algunos problemas económicos, con altos grados de distorsiones en los social, político y económico, al igual que en todos los países del mundo, mantuvo un férreo valor de defensa a su institucionalidad y democracia.
Honduras se ha convertido en el nuevo escenario de confrontación por avanzar en la influencia de una región muy importante para la gran potencia mundial así como para aquellos gobernantes que buscan expandir su capacidad de desestabilización regional en el macro proyecto de derrotar al capitalismo y al imperialismo representado por los Estados Unidos de América.
Estados Unidos se ha dejado entrampar en esta situación, pues ante su primera salida en falso al alinearse con la posición de los gobiernos más radicales y antidemocráticos de América sin haberse dado el tiempo necesario para estudiar y analizar lo sucedido en Honduras el pasado 28 de Junio de 2009, demostró una vez más lo alejado que esta de darle una adecuada lectura a la realidad de Latinoamérica, el área donde se mueven sus más primarios sucesos de interés vital para sí, pues es aquí donde se están dando los acontecimientos que quiéralo o no, acéptalo o no, le traerán repercusiones trascendentales.
Pero la posición ambivalente de los que reconocen la legalidad de las elecciones pero insisten torpemente en desconocer al gobierno actual
Ha pensado EUA, que habiéndose caído la Unión Soviética, manteniendo a raya los países fundamentalistas y asegurándose unas relaciones cordiales con el gran gigante asiático, Latinoamérica no debería representar mayor interés que el de ser su destino final de muchos bienes y servicios propios y de sus maquilas internacionales amén de desechos químicos y tóxicos que se niega a seguir almacenando en su territorio.
Error que muchos analistas reconocen y remarcan, dándole largas al surgimiento no de gobiernos de tendencia izquierdista, románticos y utópicos de igualdad, no, lo más peligroso es que le ha dado alas a personajes que han tomado este desprecio como su combustible de ataque y confrontación.
Discurso aparte merecen los gobiernos que insisten en no reconocer la legalidad de las elecciones en Honduras, basando su discurso en la premisa falsa que fueron organizadas por un gobierno producto de un golpe de estado, estos sí que no les interesa discutir mucho sobre los parámetros de la Constitución Hondureña, se sienten amenazados que sus pueblos se contagien de esta noción de democracia y empiecen hacer cumplir los artículos que les da la soberanía para rescatar su libertad y democracia, pero se les olvida que el mundo ha reconocido históricamente las elecciones como una herramienta fundamental para reencauzar a los países en el marco constitucional y democrático, si no fuera así, todos los presidentes, diputados y demás miembros de elección popular en Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, por sólo mencionar algunos son ilegales y que tal el caso de Rusia?, aquí cabe preguntarle no a estos países sino a sus presidentes que de manera personal se abrogaron el derecho de hablar por la población entera sin haberles preguntado su real posición, que respuesta dan a su condición sabiéndose elegidos por circunstancias a su entender iguales, pero que en realidad es bastante diferente ya que el gobierno del señor Micheletti es el más constitucional de todos los anteriormente mencionados.
Cuando las relaciones internacionales se manejan atenidas a sus intereses personales y a cálculos de índole político es fácil distorsionar la verdad y convertirse en abanderados de causas espurias, atacando lo que ellos odian, los ideales democráticos de los pueblos.
Hoy Honduras tiene nuevo Gobierno, electo por la participación más alta en las últimas contiendas electorales, si esto no legitima un gobierno entonces que lo hace? Será que le quieren cobrar a los Hondureños su posición de dignidad e independencia? Es posible, pero este pueblo ya habló y los demás deben hacerse a un lado y darle la bienvenida al fortalecimiento democrático.
Honduras se ha convertido en el nuevo escenario de confrontación por avanzar en la influencia de una región muy importante para la gran potencia mundial
La Conexión Honduras no puede ser un juego maquiavélico producto de cálculos políticos encontrados.