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Somos potencialidad en acción progresiva, somos el verbo encarnado que crea la vida, nos desarrollamos en un campo energético del cual surge nuestro mandato creativo; campo conocido o etiquetados por algunos como; Dios, eternidad, o fuente
Vacio que espera la posibilidad,
de ser llenado con el decreto de la individualidad,
el cual surge como respuesta a la sagrada voluntad,
que nace de la nada;
fuente de la experiencia en su totalidad.
Campo de posibilidad,
en el cual te mueves como criatura singular,
y que solo espera el mandato que ha de conformar,
la siguiente realidad, de la cual aun ignoras el porqué,
y su evidente causalidad.
Campo eterno de potencialidad,
tú que observas pasivo,
las creaciones que surgen de la conciencia universal,
la cual de lejos luce fragmentada en la relatividad,
debido a que vibra en distintos niveles;
realidades; dimensiones que conforman la totalidad,
a la cual albergas cual Padre eterno y universal.
Espacio que acoge la energía particular,
que se encarna a conciencia en la dualidad,
de un universo que solo espera paciente,
el mandato de conciencia individual,
que es una y la misma,
con aquel espacio de posibilidad,
el cual acoge la vida de la colectividad;
sagrada potencialidad,
la misma que en mundos como el mío,
se venera como el Dios;
creador de esta limitada sociedad,
que aun te adora en templos de piedra,
y reverencia artificial;
a ti; campo eterno y sagrado de posibilidad,
del cual germina la humanidad,
y los millares de mundos,
que se envuelven en la potencialidad.