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Mientras el presidente Rajoy acapta la disciplina neoliberal y sigue velando por la salud de los poderes financieros, su homónimo portugués, planta cara a la austeridad obteniendo con sus políticas de crecimiento un despegue socio económico sin precedentes
Cuando tras la crisis lo que necesitaba el país para su resurrección era la aplicación de estímulos económicos mediante el aumento de salarios y el incremento del gasto público, el gobierno de Rajoy optó por emplear políticas de recortes y austeridad como receta de solución, y como no podía ser de otra manera, el resultado que no se hizo esperar concluyó en un rotundo fracaso, causando con los efectos de su repercusión un enorme daño en nuestra economía, y eso es así, por mas maquillaje de resultados que se nos quiera hacer tragar
La dirección seguida fue la indicada por ortodoxia neoliberal que guió en todo momento la hoja de ruta del Ejecutivo del PP, que contra toda racionalidad responde expresamente a criterios políticos que no a preceptos monetarios o económicos; y como quiera que la doctrina neoliberal es la que domina las instituciones de gobernanza del euro, y sus defensores sostienen que nuestro retraso viene causado por la falta de competitividad, por unos salarios excesivos, y un desmedido estado de bienestar, intentan remediar la situación aplicando lo que ellos denominan ·"reformas estructurales" cuyo contenido atiende expresamente a las exigencias del establishment europeo que ha elevado esta ideología a categoría de dogma de obligado cumplimiento.
Negar que el estancamiento económico de España viene dado por la falta de demanda y atribuir que los males son causa de la excesiva intervención pública en la economía, es un desvarío anacrónico, un desbarre propio de secuaces del ultraliberalismo, los mismos que interesadamente ocultan ahora que fueron ellos con las mismas políticas quien marcó el rumbo del país durante los últimos treinta y cinco años, y por tanto, los directos responsables del naufragio. No siendo de recibo por tanto que con la utilización de idéntico método y doctrina se postulen de nuevo como redentores del problema.
La persistencia del neoliberalismo de la mano de Rajoy hizo que durante su mandato se superara con creces el peor de los escenarios, al ser cuando por vez primera en la historia, el endeudamiento público rompió la barrera del 100% del PIB, circunstancia que nos llevó al extremo de hacer que el Estado para financiarse hubiera de endeudarse en mayor medida que la riqueza generada por la economía en un año. y todo, por la repercusión que supuso en nuestra economía la decisión de rescatar el capital financiero contra los intereses de la mayoría, una medida que por descabellada llevó a situar nuestra deuda pública en la descomunal cifra de 1, 31 billones de euros, o lo que es lo mismo 30000 euros a espaldas de cada habitante. Todo un síntoma de deslealtad patria y de agrandamiento de la desigualdad.
La alianza lusitana de izquierdas, fue capaz de demostrar con hechos que el neoliberalismo que sometió a su país a una brutal terapia de austeridad fue una completa falacia
Con todo lo que llevan preconizado en favor de la causa los defensores del neoliberalismo asumiendo además la política de austeridad como propia, lo cierto es que la realidad de los hechos vino a confirmar que ni con la aplicación de severos ajustes fiscales, ni con el control de las cuentas publicas y la inflación, la economía del país ha mostrado síntoma alguno de reactivación. Nulo resultado que no deja duda a su condición de fracaso y exige a la vez la entrada en escena de un modelo inclusivo como solución alternativa e línea con lo actuado en el vecino Portugal y cuyas resultas hablan positivamente por si mismas.
La alianza lusitana de las fuerzas progresistas y de izquierdas fue capaz de demostrar con hechos que el neoliberalismo que sometió a su país a una brutal terapia de austeridad fue una completa falacia, que no surtió solución alguna en su largo período de aplicación, en tanto, con las políticas de crecimiento impulsadas desde el bloque del actual Gobierno opuesto a tal ortodoxia económica, a mitad de legislatura ha logrado entre otros éxitos, reducir a la mitad el déficit fiscal, a la vez de elevar los salarios y las pensiones a empleados y jubilados, y rebajar cuantiosamente el desempleo hasta un 9, 4% en un marco de estabilidad, es decir, justo lo opuesto a lo que está ocurriendo en España con las políticas de austeridad del PP.
La recuperación económica de Portugal por lo ventajoso de sus resultados es un precedente que está creando resquemores en el foro de La Troika, cuyos miembros observan con preocupación la evolución de la política progresista lusa, muy especialmente por su efecto dominó hacia otros países de la Unión, por cuanto con su propagación no solo perdería fuerza de autoridad los estrategas financieros que mueven actualmente a su antojo los hilos de la economía global sino muy especialmente por el riesgo que su conversión en referente haga saltar en añicos el modelo neoliberal, y por añadidura el gran negocio que su vigencia les aporta.
De todos modos la reproducción de lo que esta ocurriendo políticamente en tierras lusas puede resultar un todo testimonial si la izquierda socialdemócrata alineada actualmente con el neoliberalismo, no rompe amarras y opta por la representación de la mayoría social; pero aun así, si en paralelo las fuerzas de izquierda en su diversidad no son capaces de establecer acuerdos mas allá de la discrepancia y crear un marco de lealtad en su acción política, todo intento de conformar un gobierno progresista y de izquierda a la portuguesa será materialmente imposible.
Desenlace que hará inviable afrontar políticas para el bienestar de los ciudadanos, y que por tanto, perpetuará la continuidad del neoliberalismo