La más notable es el creciente interés por la agricultura y la viticultura sostenibles. Esto ha llevado a miles de bodegas a adoptar uvas de cultivo ecológico, reducir su consumo de agua y explorar alternativas a los fertilizantes químicos.

Además, la tecnología ha permitido a los viticultores alcanzar un nivel de precisión inalcanzable hace sólo unos años. Con instrumentos de precisión como las máquinas de selección óptica, multitud de productoras, como la bodega Ortega, ahora pueden crear vinos de una complejidad y armonía inmensas que antes eran inconcebibles. Con nuevos avances tecnológicos y prácticas sostenibles enmarcadas en el compromiso con la calidad, esta última oleada de innovación promete una evolución en la producción de vinos deliciosos.

Avances con los que brindar con champán

La producción de champán ha experimentado recientemente algunos avances interesantes, como la utilización de una nueva levadura champenoise de textura aterciopelada que consigue un equilibrio adictivo entre los perfiles azucarados y amargos. Las recetas para elaborar la base del champán incluso han cambiado ligeramente para adaptarse mejor al cambio climático, utilizando variedades de viñedos con mayores niveles de azúcar, lo que se traduce en un sabor más complejo e interesante.

Hay productores de todo el mundo que buscan ahora formas de aumentar su oferta y experimentar con diversas técnicas, ofreciendo a los consumidores una variedad cada vez mayor de estilos que satisface una amplia gama de preferencias gustativas, como hace el champan Pol Roger precio. Esta nueva orientación hacia la calidad se ve recompensada por la creciente demanda de los consumidores de estilos de champán clásicos más atrevidos, lo que crea un nuevo y apasionante capítulo en la historia del champán.

Diferencias en la producción de vino blanco y tinto

La producción de vino tinto y blanco puede utilizar las mismas variedades de uva, pero los procesos de vinificación empleados para producirlos varían enormemente. Los vinos tintos, como un buen Artuke Rioja, se producen mediante maceración, un proceso en el que el zumo está en contacto prolongado con los hollejos de la uva. Esto confiere a los vinos tintos su característico color y contenido en taninos.

Los vinos blancos, en cambio, permanecen menos tiempo en contacto con la piel de la uva, normalmente unas horas, para preservar su sabor suave y sus sutiles aromas entretejidos en el tejido de cada copa. Estas diferencias ofrecen a los productores un sinfín de posibilidades a la hora de elaborar cualquier variedad de vino, lo que da lugar a productos realmente únicos, incluso para el más avezado conocedor de vinos.