Todos sabemos que la comunidad internacional se ha pronunciado para que Mel Zelaya sea repuesto en la silla presidencial. A ellos no les interesa saber si los motivos del Golpe de Estado fueron legales o no y por más que el gobierno de Micheletti se esfuerce en querer convencerlos de su equivocación, los gobernantes actuales de las naciones del mundo no pueden eludir el horror que les causa el recuerdo histórico de aquellas injusticias que se cometieron cuando estos cambios de poder eran consuetudinarios.

Pero las presiones que se pueden ejercer sobre un país como el nuestro, son tantas que es difícil que Micheletti y su grupo las puedan soportar. Pero en este mundo de intereses bipolares, también Mel está siendo sometido a presiones que deberá cumplir, y esto no será del agrado de los que hoy se agrupan en el frente de resistencia contra el golpe, porque éstos, creen ingenuamente, que Mel continuará con su cuarta urna y con la constituyente.

Debemos estar conscientes, que los gobiernos que apoyan a Mel, son los mismos que han puesto ciertas condiciones a su regreso. El acuerdo de San José ya lo indicaba con claridad, y estas condiciones deben de haberse afianzado más en el transcurso de las reuniones posteriores.

Aunque a Mel no le gusten ciertas restricciones, acepta porque cree que estando en la presidencial podrá recuperar el terreno perdido, pero al igual que Micheletti, no podrá contra las presiones internacionales. El día que Mel retorne a la Casa Presidencial, lo hará con una fiesta de fanfarrias y discursos prometedores, los cuales engañarán a sus seguidores solamente por algunas horas. Sin embargo teniendo el apoyo moral y económico de ciertos amigos en el extranjero, sabrá dirigir ese desencanto popular hacia los candidatos de izquierda, que aparentemente, prometen seguir las huellas que él dejó esbozadas en la plataforma social de nuestra nación.

El día que Mel entre a la presidencial, tendremos la certeza de que las elecciones se harán y sin restricciones de ninguna índole, y que habrá una guerra, pero mediática, donde pueden morir algunos seguidores porque sus pasiones, a veces, nublan su razón, pero donde todo el pueblo hondureño saldrá vencedor, porque a lo que la mayoría aspira, es a vivir en paz para que nuestros hijos desarrollen sus capacidades intelectuales en un clima de tranquilidad que nos permita trabajar y luchar por hacer que Honduras mejore en sus estándares de vida.