Unos comentarios sobre el libro: El Islam es la religión de la paz, del Dr. Abdul-Rahman Al-Sheha
Todas las religiones se autoproclaman promotoras de la paz, y en innumerables casos a través de la historia, se han valido de la fuerza para imponerla.
En el hinduismo por ejemplo, los Vedas indican que: “el hombre puede tener riquezas, salud, familia, poder y gloria, pero si le falta la paz, la plenitud humana es incompleta”. Y en el Bhagavad Gita, se describe una batalla, donde Krishna intenta convencer a Arjuna de que debe participar en una contienda que se desarrolla frente a ellos, porque esa guerra es justa y necesaria.
El Budismo pregona la no violencia, pero hubo situaciones donde las enseñanzas budistas permitieron su uso. El mismo Dalai Lama ha dicho que la guerra se puede justificar por causa de la libertad. Así, la historia registra episodios de violencia budista, como la guerra del rey Dutugamanu y sus 500 monjes, previa a la unificación de Sri Lanka, y otras, como las alianzas de los budistas tibetanos con los mongoles, que les permitieron obtener sustanciosos beneficios de las victorias militares…
En cuanto a la violencia judaica, cristiana y musulmana, no es necesario poner ejemplos pues con ellos, se podrían llenar tomos de miles de páginas cada uno.
Hace poco, me prestaron el libro titulado: El Islam es la religión de la paz, del Dr. Abdul-Rahman Al-Sheha, quien como todo buen promotor de sus creencias, comienza sus anotaciones con el acostumbrado, pero dudoso: “en el Nombre de Dios (Allah), el Más Clemente, el Más Misericordioso”.
El Dr. Al-Sheha empieza diciendo que la palabra Islam no significa paz, sino sumisión y entrega a Dios, aunque etimológicamente se sabe que está relacionada con la palabra hebrea “Shalom” que significa paz. Pero como en el Islam se niega incluso que la tierra es una esfera, no es de extrañar que se manipulen otras cosas.
La palabra paz en el mundo occidental significa muchas cosas, y entre ellas está:
a) la virtud que pone en nuestro ánimo, la tranquilidad y el sosiego,
b) lo opuesto a la guerra,
c) convenio entre rivales para dar quietud a sus pueblos…
En el mundo musulmán, la paz también tiene varios significados, pero el principal es:
a) rendirse y someterse a Allah.
Para el Dr. Al-Sheha, los motivos de la guerra son “la defensa de la vida, las propiedades, el honor y las fronteras”. Pero lo correcto sería ir a la guerra solo por defender la vida, sin importar si se es seguidor de determinado dios, si se es ateo o librepensador. Las propiedades, el honor o límites fronterizos, son cosas que no deberían causar la muerte de nadie. El mundo está lleno de conflictos políticos, económicos y religiosos, y en muchos casos se forja “una paz falsa, una paz forzada por sistemas opresores que cometen injusticias y persecuciones”. Los promotores de esta falsa paz son grupos de poder que asolan al hombre común, desde imperios que pueden destruir al planeta con sus poderosas armas, hasta grupúsculos desalmados que gobiernan las diferentes regiones del planeta, sin olvidar también que hay organizaciones opresoras, que tildan de corruptos, herejes e idólatras, a todos aquellos que no piensan como ellos.
El Dr. Al-Sheha tiene razón cuando asegura que “la paz absoluta puede existir únicamente si hay justicia y si se respetan los derechos humanos en todos los aspectos de la vida…” Pero ¿respeta el Islam, los derechos humanos de las mujeres? ¿Respeta el Islam el derecho de los ateos a pensar diferente? ¿Respeta el Islam a las otras religiones que creen en un dios diferente a Allah? ¿Respeta el Islam a personas educadas en esta religión que desean cambiarse a otra? Las respuestas a estas interrogantes, todos las conocemos.
Hablando de terrorismo, en Europa al igual que en toda la América, existe la creencia que el Islam lo es. Esto no es cierto, pues los terroristas, aunque puedan esgrimir su “libro sagrado” como fuente de inspiración, tienen otras motivaciones de más peso: políticas y económicas. El musulmán común y corriente, al igual que el cristiano, el hindú o el judío, profesan una creencia que les fue inculcada en su niñez y que los hace aceptar sus dogmas, anulando todo indicio de raciocinio propio. Son ovejas que siguen ciegamente a su pastor, pero no son terroristas. De nuevo tiene razón el Dr. Al-Sheha cuando afirma que “un hombre puede ser un terrorista para algunos, y un héroe peleando por la libertad para otros”. Y es indiscutible que muchos personajes del pasado fueron tildados de terroristas porque no conquistaron el poder, pero los que vencieron en sus luchas terroristas, hoy son considerados héroes y prohombres de sus naciones.
El Dr. Al-Sheha, basándose en ciertos textos del Corán, trata de explicar las bondades de su creencia, y copia: “Y si los incrédulos se inclina por la paz, acéptala tú también y encomiéndate a Dios, ciertamente Él es Omnioyente, Omnisciente” (8:61). Una versión mejor de este párrafo es la que aparece en el Corán traducido por Juan Vernet (1963): “Llamada a las armas, antes de Ohod. 62/60 Preparad contra ellos (los incrédulos) la fuerza y los caballos enjaezados que podáis, para aterrorizar al enemigo de Dios, a vuestro enemigo y a otros, distintos de ellos, que no conocéis, pero que Dios conoce; las cosas que gastáis en la senda de Dios os serán devueltas, pues vosotros no seréis vejados. 63/61 Si se inclinan a la paz, inclínate a ella. ¡Apóyate en Dios! Él es oyente, onmnisciente”.
Todas las religiones se autoproclaman promotoras de la paz, y en innumerables casos a través de la historia, se han valido de la fuerza para imponerla
Y así, el Dr. Al-Sheha se apoya en varios párrafos del Corán que ha sabido rebuscar, para explicar su verdad, al igual que lo hacen con la Biblia, los pastores evangélicos y los sacerdotes católicos. Sería bueno refutar toda su verdad, pero no se puede porque la extensión de la respuesta sería tan extensa como su libro. Por lo tanto, solo se analizarán las 5 razones que da para que un musulmán vaya a la guerra.
Con respecto a este tipo de guerra, los europeos tienen que tener cuidado, porque el Islam se obliga a defender a sus fieles, si a estos se les ocurre decir que están siendo oprimidos por cualquiera de los gobiernos de la Unión Europea.
Con esto se permite atacar a cualquier país que no sea musulmán, pues según las suras dictadas por Allah a Mahoma, toda nación no musulmana es incrédula.
Esto quiere decir que el grupo armado Estado Islámico lucha por una causa justa, de lo contrario, el Islam ya los hubiera disciplinado.
Como se puede ver, la misión del Islam es hacer que esta religión prevalezca sobre todas las demás. Mientras el mundo entero no sea musulmán, todo creyente de Allah, tiene la obligación de hacer la guerra. En este momento podrán ser llamados terroristas, pero seguramente cuando todo el mundo sea musulmán, ellos serán tildados de héroes.
Para terminar, he aquí unos párrafos, también rebuscados del sagrado Corán:
(Sura 9: 124/123) “¡Oh, los que creéis! ¡Combatid, entre los infiles, a quienes os rodean! ¡Encuentren en vosotros la dureza! Sabed que Dios está con los piadosos”.
(Sura 48:16) “Sois llamados a combatir a gentes dueñas de gran valor. ¡Combatidlas o islamícense! Si obedecéis, Dios os dará una hermosa recompensa; si os replegáis… os atormentará con un castigo doloroso”.
(Sura 9:29) “¡Combatid a quienes no creen en Dios ni en el último Día ni prohíben lo que Dios y su Enviado prohíben, [a quienes no practican la religión de la verdad entre aquellos a quienes fue dado el Libro¡ Combatidlos hasta que paguen la capitación por su propia mano y ellos estén humillados]”.
(Sura 9:5) “Cuando terminen los meses sagrados, matad a los politeístas donde los encontréis. ¡Cogedlos! ¡Sitiadlos! ¡Preparadles toda clase de emboscadas! Si se arrepienten, cumplen la plegaria y dan la limosna, dejad libre su senda: Dios es indulgente, misericordioso”.
Actualmente, el Islam tiene una propagación ascendente, pero el ateísmo también, así que si algún día, el avance del Islam quiere imponer otra Edad de las Tinieblas en todas las regiones del mundo libre, el ateo tendrá que luchar para defender su vida, pues su raciocinio le indica que ésta, es el único bien que se debe tener en alta estima.
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