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Los periodistas mexicanos y la coladera destapada

29/05/2019 09:08 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Hay razones suficientes para entrever que, históricamente, han existido relaciones malsanas entre los gobiernos priistas y panistas con algunos medios y periodistas

El periodismo mexicano se está agitando a partir de la decisión presidencial de dar a conocer la lista de empresas de comunicación que recibieron millonarias cantidades de dinero por parte del gobierno de Enrique Peña Nieto.

En sí misma, la orden de López Obrador es plausible, pues demuestra un ánimo de transparentar la vida pública en cuanto a los gastos que el gobierno anterior realizó para, supuestamente, pagar propaganda oficial en diversos medios de comunicación.

Sin embargo, las formas para hacer pública dicha información parecieran no haber sido las adecuadas. Los adjetivos con los que el presidente se refirió al gremio periodístico, dan la impresión de ser expresadas generalizando injustamente a todo el conglomerado de comunicadores.

Sin duda, hay razones suficientes para entrever que, históricamente, han existido relaciones malsanas entre los gobiernos priistas y panistas con algunos medios y periodistas. Obviamente esto conlleva una violación a la ley, pero también una falta de ética por parte de los dueños y comentócratas que forman parte de ciertos espacios informativos.

¿Cómo entender que un periodista sea dueño de departamentos en Polanco (exclusiva zona de la Ciudad de México) y hasta de un yate? Difícil ¿no? Bien, pues tal vez si revisamos un poco la campaña presidencial del año pasado podemos tener ciertas pistas de cómo un conductor de noticias puede obtener prebendas a cambio de promover a un político.

¿Recuerda usted, amable lector, aquella fotografía completamente prefabricada que Joaquín López Dóriga subió, con fines propagandísticos, a su cuenta de twitter en la que se veía a Juana Cuevas, esposa del entonces candidato priista José Antonio Meade, comprando víveres en un supermercado? ¿También recuerda la enorme cantidad de espacios que el mismo periodista le concedió al fallido candidato? Pues por ahí podemos empezar a comprender (no se necesita ser un genio para hacerlo) esos entramados, muy obscuros, que se dan entre el poder político y el poder de los medios, y que le han dado a más de un periodista la posibilidad de vivir entre lujos.

Durante décadas, ha existido un gran grupo de periodistas mexicanos que se han autoproclamado intocables, cualquier insinuación de corrupción o de falta de ética, es automáticamente defendida con la cantaleta de que se está atentando contra la libertad de expresión. No hay que confundirse, ese grupo al que en su momento el escritor Enrique Krauze catalogó como “el hampa del periodismo” y cuya frase ha retomado el presidente López Obrador, nada tiene que ver con intentar callar las críticas.

Al mismo tiempo, igual de reproblables resultan aquellos que hoy se muestran lambiscones y que con un descaro inaudito se autoproclaman cómo “periodistas pejezombies” (resulta imposible tomar en serio a alguien así). De igual manera, en el espectro de comentaristas (a la gran mayoría no se les puede llamar periodistas) están los youtuberos, que a base de “likes” se erigen como impolutos críticos defensores de la libertad de expresión. Estos “opinadores digitales” también hoy están en la mira de la opinión pública por haber recibido prerrogativas discrecionales por parte de la administración de Peña Nieto.

Queríamos transparencia, pues que venga lo que sea; conocer lo que se nos ocultó durante años es sano. Solo que el presidente debe ser mucho más específico cuando utiliza el modo plural, es injusto que a los periodistas que, con sueldos raquíticos, día a día se juegan la vida intentando narrar una realidad, se les meta en el costal con los lisonjeros y con los mercenarios de la información.

Que caigan las máscaras y que perduren los que sienten y viven el periodismo como una vocación autentica, ética e insustituible.


Sobre esta noticia

Autor:
Rubén Salazar E. (20 noticias)
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Tipo:
Opinión
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