El president de la Generalitat Quim Torra ha especificado este miércoles el ultimátum que el día anterior había lanzado al Gobierno de Pedro Sánchez para que negociase la autodeterminación antes de noviembre. En su turno de réplica a los grupos, Torra ha aceptado el argumento de los comuns de que independentistas y soberanistas catalanes pueden condicionar los presupuestos de Sánchez, pero ha considerado que la incidencia debe ser para lograr un referéndum.

Así se lo ha respondido a la portavoz de Catalunya en Comú, Jéssica Albiach, a quien ha animado a seguirle en su ultimátum. Pese a que el lunes Torra había hablado de retirar su apoyo a Sánchez si no había diálogo antes de noviembre, este horizonte temporal se ha difuminado durante el discurso de este martes, dejando la presión para la negociación presupuestaria. Albiach en su turno había invitado a Torra a hacerlo de esta forma, alejándose de ultimátums.

"Menos ultimátums y amenazas, y más acuerdos", le ha replicado Albiach. Los comuns han remitido los acuerdos en autodeterminación a una mesa sobre una ley de claridad para Catalunya, que han propuesto mediante una propuesta de resolución que será votada al finalizar el debate. El grupo de ICV, EUiA y Podem se ha mostrado especialmente cercano a JxCat y ERC en este pleno, desde que comenzaran votando juntos sobre las suspensiones de los diputados. Sin embargo, este miércoles Albiach ha marcado los límites rechazando de plano el órdago a Sánchez.

La rebaja en el tono del discurso de Torra no solo está vinculada a la invitación de Catalunya en Comú. Tampoco los grupos de ERC y el PDeCAT en el Congreso habían seguido con entusiasmo el órdago del president, pese a que serían ellos quienes finalmente deberían ejecutarlo. "Los ultimátums los carga el diablo", ha asegurado lacónico Gabriel Rufián, a quien su partido dio la última palabra sobre el tema cuando salieron a apoyar con cautela el paso de Torra. Pese a estas distancias marcadas desde las propias filas, Torra ha vuelto a intentar marcar desde el Parlament la actuación de los grupos del Congreso.

El gesto que este lunes lanzó el president de la Generalitat fue una sorpresa para la mayoría de los diputados independentistas y, también, para la mayoría de los diputados de los grupos en el Congreso. Ocurrió además cuando los gobiernos de España y Catalunya tiene una apretada agenda bilateral en el marco de la negociación sobre competencias autonómicas. En este sentido, el Gobierno de Sánchez rechazó de inmediato, por forma de la ministra portavoz Isabel Celaá hablar sobre la independencia.