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E N 1998, Josefina Vázquez Mota, quien fuera titular de la SEP en el gobierno de Felipe Calderón y ahora es candidata a la presidencia de la República por el PAN, en 1998 publicó en el economista un artículo en el que escribe sobre el régimen del dictador chileno, Augusto Pinochet. En Twitter se comenzó a difundir este artículo, llamado Dictadura y Desarrollo, en el que se lee lo siguiente:
El caso Pinochet que ha ocupado espacios importantes en los medios de comunicación mundiales y las manifestaciones encontradas de quienes la apoyan y de quienes fueron víctimas de la crueldad y sufrimiento tanto fuera como dentro de Chile, invitan a la reflexión. Entre los argumentos más recurrentes de quienes defienden la dictadura de Pinochet son los avances en materia económica que han posicionado a este país como el de más sano crecimiento en América latina y lo han convertido en un ejemplo a imitar por otros países incluido el nuestro, en algunas de sus políticas públicas. La pregunta entonces es si para tener bienestar y desarrollo se necesita ‘mano dura’ para corregir los principales problemas de nuestro país. La historia parece darnos una clara respuesta al respecto: dictadura no es sinónimo de bienestar económico, ni tampoco es una condición para el desarrollo sostenido de un paÃs. La diferencia de estos regímenes, respecto al de Pinochet, es que éste último aceptó desde un principio que requería de otros para manejar la economía de su país y no se adjudicó el poder de alterar las leyes de la oferta y la demanda, como en su momento sucedió en México cuando el presidente Echeverría decidió manejar la economía desde Los Pinos, así fuesen los precios de las tortillas o los controles para la leche.
Hay que leer entre líneas este texto para darnos cuenta de la clase de postura que defiende Josefina. En un inicio trata de mencionar los casos de "crueldad y sufrimiento", como para no dejar de lado ese tema, antes de pasar a lo que verdaderamente le importa: la economía. Menciona las muestras de apoyo y de rechazo, como si preparara el terreno para mencionar los dos puntos de vista, lo cual no sucede ya que de pronto solo existen quienes apoyan y apoyaron el régimen. Quienes lo defienden, Vázquez Mota incluida, manifiestan el "desarrollo económico" que mantuvo Chile durante la dictadura y en los años posteriores a la misma.
Luego viene la pregunta retórica, en donde se deja ver la perversidad de la candidata. ¿Debe existir una dictadura para que haya desarrollo? Entonces dice: "dictadura no es sinónimo de desarrollo económico ni es condición para el desarrollo sostenido de un país". Si leemos con atención no niega la posibilidad de que una dictadura sea necesaria para el desarrollo económico, lo cual es una situación deseable para la candidata, ya que solo se limita a decir que no en todos los casos esa dictadura deviene en desarrollo. Lo que se puede inferir de sus palabras es que cualquier método es válido para el desarrollo económico. Ahora bien, habría que definir a que se refiere con desarrollo económico, lo cual no es del todo complicado, si observamos las políticas económicas aplicadas en los gobiernos de su partido. Son políticas económicas que han tendido a favorecer a los privilegiados y aumentar las desigualdades. Visto así, en pocas palabras podríamos resumir su propuesta económica como aquella que es capaz de aplicar cualquier método posible para mantener los privilegios y aumentar las desigualdades. Eso sí que es perverso.